#18 Daniela Thiers, Arianna de Sousa-García, Joaquín Escobar y más
Entrevistas sobre libros en tiempos de encierro y locura.
Hola, estuvimos con una pausa necesaria desde nuestro último envío en enero, pero estamos de vuelta y con tuti.
En este correo encontrarás cinco micro entrevistas de tres preguntas:
Daniela Thiers nos cuenta sobre la relación con sus personajes y sus lectorxs.
Arianna de Sousa-García nos presenta Casajena, una editorial migrante.
Joaquín Escobar habla sobre la relación del fútbol con la literatura.
Bernardita Yannucci ordena sobre sus libros del pasado, presente y futuro.
Francisca Torres y Elvira Rodríguez presentan Releamos, una iniciativa para armar bibliotecas en residencias familiares del Sename.
Aprovechamos de agradecer a Editorial elefante que nos compartió dos libros de su colección 2020 de poesía: Los buenos deseos de la escritora, directora y dramaturga argentina Eugenia Pérez Tomas, y Entrenar la lengua, de Lucille Clifton, una prolífica poeta afroamericana que falleció el 2010; la edición es bilingüe y la traducción es de Ezequiel Zaidenwerg.
Te dejamos un poema de Clifton, “la enseñanza de las hojas que caen”:
las hojas creen
que ese dejarse ir es el amor
que ese amor es la fe
que esa fe es la gracia
que esa gracia es dios
yo estoy de acuerdo con las hojas
Daniela Thiers, creadora de Alegría y Sofía: “Crecí viendo animé”
En tiempos de pandemia y encierro, la lectura de cómics ha salvado a niñxs y jóvenes del aburrimiento. Son dinámicos, son cautivadores y muchas veces kawaii. Esto lo sabe muy bien la creadora Daniela Thiers, quien reflexionó acerca de su popular cómic Alegría y Sofía, además de su relación con sus lectorxs. La puedes seguir en Twitter e Instagram y ver sus libros en editorial Planeta.
—¿Cuáles son tus referentes del mundo del cómic?
Me encanta Sailor Moon. Crecí viendo animé, de niña no sabía que los dibujos animados primero eran cómics, jajajaj. Después de grande entendí todo eso, y me fui comprando cómics de a poco. Mis influencias más grandes fueron Dragon Ball, Sailor Moon, Sakura Card Captor.
—¿En qué crees que te pareces a Alegría y Sofía?
Creo que soy un poco de las dos. Siempre contesto esto porque cada persona está hecha de opuestos. Alegría es la parte antisocial, pesada y dark que tengo, y Sofía el lado rosa, amorosa y amante de lo kawaii. Estoy convencida que cada persona tiene ambas caras, todos llevamos estas energías dentro de nosotros. Hay que saber complementarlas para crear.
—¿Cómo es tu relación con lxs lectorxs de tus cómics? ¿Qué has aprendido de ellxs?
Mis lector@s son muy lind@s, me escriben mucho por mis redes y trato de contestar todos sus mensajes. Me llegan dibujos seguido a mi mail y me encanta eso, hay mucho cariño. Cuando realizo talleres de cómics (no he podido hacerlos presenciales por todo el asunto del covid), conversamos mucho y ellos aprovechan de hacerme mil preguntas, jajaja, lo paso súper bien en mis talleres, aprendo mucho de ellos, a veces me dan ideas para mis cómics. ¡Y me encanta encontrarme con niñas y niños que son muy buenos lectores! No solo leen mis cómics sino que los papás los incentivan a la lectura. Gracias a esos papis <3. Las firmas de libros las extraño por lo mismo, es la oportunidad perfecta para compartir con mis lector@s, sacarnos fotos y que me hagan preguntas. Un abrazo a todos los que leyeron esto y ánimo para este 2021 <3.
Arianna de Sousa-García, cofundadora de editorial Casajena: “Somos parte de una diáspora”
El 2020 nació Casajena, una editorial migrante, pendular, creada por Marianne Díaz Hernández, Arianna de Sousa-García, Oriana Mejías Martínez y Ana Isabel Brett. Publican a autores que, como sus fundadoras, han debido dejar su hogar y buscar otro lugar en el mundo. Una Casajena. El sábado 3 de abril presentarán un libro de María Calcaño (inscríbete en este formulario) y acá Arianna profundiza en su propuesta. Puedes seguirlas en Twitter e Instagram.
—Cómo definirías el catálogo que buscan construir en Casajena?
El catálogo que estamos construyendo es uno que denuncia, que interpela, uno en el que sus autoras se hacen preguntas sobre sí mismas y la otredad e indagan buscando esas respuestas. Es bien lanzado, pienso yo, bien valiente, potente. Uno en el que la mirada, el movimiento y el registro también están muy presentes. Uno que dice: ¿sabes qué? Yo lo voy a decir.
—¿Qué nos puedes contar de Ceniza, fuego, astro, la selección de poesía de María Calcaño?
Es un libro que trae a la discusión actual a una autora adelantada a su época e históricamente olvidada. Es impúdico, íntimo, no sólo en el placer sino también en la rabia y el dolor. Es un libro que nos ha llenado de alegrías, de energías para traer a otras a la luz, a lo público. También nos llenó de señales; años antes de ser Casajena, Marianne, Oriana, Ana y yo nos preguntábamos cómo construir un puente que uniera a Chile y Venezuela, y con Calcaño ese puente nos fue mostrado.
—¿Qué rol cumple el Patreon en el esquema de la editorial?
Es gracioso porque esta pregunta desnuda mucho, pero aquí va. Nosotras decidimos desde un comienzo estar plantadas en lo digital porque somos parte de una diáspora; nos interesa mucho que nos lean en Venezuela, que nos lean paisanos en otras latitudes, que nos lean otros migrantes de otras nacionalidades, que nos lean la mayor cantidad de chilenos porque creemos muy firmemente que hay un entendimiento que puede suceder gracias a la lectura. Pero eso, con el costo de un libro físico más envío, no iba a suceder. No iba a suceder en la normalidad y mucho menos en estos tiempos. Sin embargo está esa ilusión, esas ganas de también materializar nuestro trabajo y esperamos que el Patreon contribuya en ello. En Casajena no hay ningún inversionista, no nos adjudicamos ningún fondo, estamos nosotras, nuestro trabajo y ese deseo. Y dicho esto, este es el enlace.
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Joaquín Escobar, autor de Las cosas que hice por la Cato": “Es un libro que contiene rabia, pero también mucha ternura y humor”
A Joaquín le gusta el fútbol, la Católica y la literatura. Con Provincianos Editores publica Las cosas que hice por la Cato, un conjunto de relatos enlazados por el vaivén emocional que tiene este deporte: el triunfo, la derrota, el éxtasis, la frustración. Previamente publicó Se vende humo (2018) y Cotillón en el capitalismo tardío (2019) con Narrativa Punto Aparte.
—¿Cuál fue la semilla que dio origen a este conjunto de relatos?
Los hinchas de la Católica bailamos muchos años con el apocalipsis. Nos decían cagones, segundones, pechos fríos. Sufrimos burlas y humillaciones, pero nadie abandonó, nadie dejó tirada la camiseta y se dedicó a otra cosa; el pueblo cruzado se quedó esperando que el fútbol nos pagara la que nos debía. El 30 de abril del 2016 todo eso cambió. Ahora somos el equipo más ganador de la década y nos sacamos muchos motes injustos que rondaban sobre nosotros. El libro nace en ese punto de inflexión, esa es la semilla. Retratar los fracasos y los triunfos que generaron nuestra identidad. Es un libro que contiene rabia, pero también mucha ternura y humor, sobre todo humor.
—¿Tiene la literatura un momento equivalente al éxtasis del gol?
No. Es duro decirlo, pero siendo —en palabras de Enrique Vila-Matas— un enfermo de literatura, esta disciplina no tiene momentos de éxtasis equivalentes a un gol que te dé un campeonato. Siendo muy lector y habiéndome vuelto loco con muchos libros (algunos me dejaron sin aire, desvelado y ansioso), nada se compara con el éxtasis de un gol al último minuto. Me parece que la gente que no es fanática de un equipo de fútbol, no alcanza ciertas emociones, no llega a sentir ese vértigo, les falta una mitad que solo entrega el fútbol.
—En la fauna del fútbol, local o internacional, de ahora o del pasado, ¿cuál de sus personajes es el más literario?
El Kike Acuña, sin duda. Mientras era futbolista carreteó 364 noches seguidas, todo un hito. Ni Kerouac ni Bukowski ni Charly García se atrevieron a tanto. Me imagino esas cañas de día martes, dando vueltas a la cancha y transpirando chelas y piscolas. Años después nos traicionó y se fue a la U, entró a un reality, sufrió una suplantación de identidad en Holanda, dilapidó toda su fortuna y se fue a vivir a San Felipe. Hace pocas semanas sacó el título para ser entrenador y dijo que su sueño era dirigir en la Católica. En todo eso hay una raíz de ficción, allí está el veneno de la literatura.
Lecturas del pasado, presente y futuro: Bernardita Yannucci
Esta es una vitrina de buenxs lectorxs. Empezamos con Bernardita, una amiga de la casa que lee mucha literatura y poesía, que comparte videos de nonas cocinando y que tiene un perro —Belgrano— que ya es una sensación de Instagram.
—¿Qué libro marcó tu infancia y juventud?
Con esta pregunta pienso automáticamente en Alamito el largo, de Maité Allamand. Es uno de los primeros libros que recuerdo haber disfrutado sin la obligación del apoderado detrás, recordándote la prueba de comprensión lectora. Creo que con la historia de este árbol, destinado a ser leña, a pesar de que él quería llegar lejos, como madera de embarcación, nació en mí la curiosidad que te lleva a ver más allá del mundo conocido o cotidiano, quizás a creer que el destino es lo que uno quiere que sea. Aunque, a pesar de que en el libro la intención fracasa, la valentía es lo que cuenta. Hermoso. Si hablamos de juventud, pienso en Altazor, de Vicente Huidobro. Es el libro que me llevó a querer seguir leyendo poesía, a querer incluso escribirla. Pienso que todos pasamos por ciertas fases en el camino que recorremos como lectores. A los quince, cuando no conoces mucho, te aferras a las primeras lecturas que te van quedando adentro. Eso me pasó con Altazor y por eso le tengo cariño a Huidobro.
—¿Qué libro sientes que le habla a la Bernardita de hoy y por qué?
Esta pregunta te obliga a pensar quién soy yo hoy, o quién creo que soy, más bien. Pienso en tres, porque siento que la que soy hoy está inundada de tres sensaciones: las ganas de entender por qué se siente lo que se siente cuando sentimos amor o desamor y cómo eso que se siente, lo sienten otros de la misma manera. Hay lecturas en las que una se puede reconocer y eso me gusta un montón. Para mí, eso es la Poesía completa de Idea Vilariño, que leo recurrentemente en las noches. Otra sensación es la de estar medio perdida, de una forma existencial quizás, a veces, sólo a veces, en los mapas. Por eso cuando leí Una guía sobre el arte de perderse, de Rebecca Solnit, sentí que era el libro que necesitaba leer en este periodo exacto de mi vida. Las observaciones que hace la autora de estos ensayos sobre las maneras de perderse, mentalmente o en dimensiones concretas, se me presentaron como una especie de faro en medio de un mar tormentoso. A veces, perderse no tiene nada de malo, al contrario. ¿Cómo puedes saber dónde estás sin antes no tener la más mínima idea? Suena absurdo, pero así de absurdo es estar ubicado todo el tiempo. La última sensación tiene que ver, probablemente, con los tiempos que nos toca vivir, aka pandemia, y es esa que se produce al darme cuenta de que el paso del tiempo es algo que nos sigue preocupando, a pesar de que se vuelve totalmente un sinsentido. Por eso el libro Ahorita, de Martín Caparrós, me interpeló. Al inicio de este libro de apuntes él explica la diferencia del “ahora” con el “ahorita”, donde el primero sería un periodo de tiempo que podría extenderse, en cambio, el segundo, es realmente un momento exacto. Creo que este libro me ha hecho pensar en esos ahoritas a medida que vamos atravesando la pandemia.
—¿Qué libro te gustaría leer que te produce entusiasmo?
Estoy entusiasmada con tres libros en este momento, lo que no está nada mal considerando el confinamiento 2.0 que empezamos hace poquito. El primero es Papel para envolver verdura, de Fabián Casas. Había leído sus poemas y algunas entrevistas que le han hecho, y estaba muy intrigada con leer sus ensayos porque me había gustado su forma de ver la vida. También, y aquí confieso que es un libro que no pensé que me interesaría leer alguna vez, es Bruce Lee, un artista de la vida, porque en general no es una personalidad que me llamara la atención hasta que leí comentarios sobre este libro y supe que tenía una faceta filosófica que cultivaba en su vida cotidiana y que lo movía a conocerse para darle sentido a su existencia. El último es la Poesía reunida, de Ida Vitale, porque hasta hace pocas semanas no la había leído, y después de leer un par de poemas, tuve la necesidad de perseguir este libro por las librerías santiaguinas. Tiendo a ser obsesiva con la lectura de poesía cuando me gusta algo en particular, así que intuyo que este libro va a pelearle mis noches a la Poesía completa de Idea Vilariño.
“Releamos”: bibliotecas en residencias familiares del Sename
Hoy más que nunca es necesario llevar la lectura a nuevos horizontes. Esto lo saben muy bien las fundadoras de Releamos, Francisca Torres y Elvira Rodríguez, quienes inspiradas por el acontecer actual y las falencias del sistema de protección a menores en nuestro país, se propusieron hacer algo al respecto y acercar la lectura con impacto social. Acá cuentan más sobre su iniciativa.
—¿Cómo nació la iniciativa de Releamos?
El 2020 fue un año que nos removió a todos y todas. Con la pandemia se hicieron mucho más visibles las desigualdades y la fragilidad de un sistema cuya principal víctima es la infancia, en particular la infancia en situación de residencia, la más olvidada y desprotegida, y eso también quedó en evidencia con las cuarentenas. En ese contexto encontramos en nuestras inquietudes un sentido y quisimos contribuir de manera sustentable a la restitución de los derechos de las niñas, niños y adolescentes a través del fomento lector, implementando bibliotecas en residencias familiares del Sename a partir de libros recuperados.
—¿Cuáles son sus objetivos para este 2021?
Luego de una exitosa campaña de recolección que nos permitió implementar la biblioteca de la Residencia Familiar Bilbao en diciembre de 2020, hoy estamos trabajando con cuatro residencias familiares. Nuestro principal objetivo es implementar esas bibliotecas impulsando campañas durante 2021 y diseñar colecciones que no solo estén a la altura de las necesidades de las niñas, niños y jóvenes, sino también que sean atractivas y diversas, sin perder nunca de vista el carácter entretenido y estimulante de la lectura.
—¿Cómo pueden colaborar lxs lectorxs de Hipergrafía con su misión?
Lo principal es donando libros en buen estado que se ajusten a los intereses de los lectores y lectoras, cuyas edades van desde los 0 a los 17 años. Por eso la difusión en redes sociales es fundamental, pues así podemos llegar a más personas interesadas en colaborar y también las animamos a informarse sobre la importancia del fomento lector en la restitución de los derechos de las infancias en situación de residencia y lo significativo que es hacerlo a través de proyectos sustentables. Los dejamos invitados e invitadas a que visiten @releamos en Instagram y nos acompañen a #RecuperarParaReleer.
El animal lector
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La próxima entrega de Hipergrafía llegará a tu correo el primer jueves de mayo de 2021.
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Eso es todo, cierre de transmisiones.
Nos vamos a leer.
Felu y Pato