#30 Nayareth Pino Luna, Marco Montenegro y Laura Wittner
Micro entrevistas para grandes lectores.
Hola, hipergrafista 👋
La semana pasada no enviamos el boletín. Nos pilló la máquina. Mil disculpas, pero preferimos descansar y reponer fuerzas para continuar con las entregas.
Hoy volvemos con tres micro entrevistas:
Nayareth Pino Luna cuenta su proceso de escritura para dar vida a la novela Mientras dormías, cantabas.
Marco Montenegro nos habla sobre la importancia de la lectura a viva voz y cómo puedes ser testigo de la gran final del concurso “El Placer de Oír Leer”.
Laura Wittner y los desafíos al traducir La Tejonera, una novela del galés Cynan Jones.
Esperamos que disfrutes esta entrega del boletín.
Nayareth Pino Luna: “Escribir es componer, es jugar con aquello que se va dibujando en el papel”
En Mientras dormías, cantabas (Los Libros de la Mujer Rota, 2021), Nayareth Pino Luna se propone contar un mundo a través de un grano de arena. El mundo es la historia de dos familias que viven en la periferia de Santiago y que han sufrido la enfermedad y el abandono; el grano de arena es una noche de año nuevo en que los recuerdos se mueven al ritmo de la cumbia y desaparecen tras las puertas cerradas. Le preguntamos a Nayareth sobre su experiencia de escritura y sobre la articulación de los distintos elementos que se plasman en esta historia que conjuga el duelo, la música y la imposibilidad de escribir.
—En La Tercera dijiste que esta novela la escribiste “a mano y en voz alta”. ¿Podrías explicar mejor ese procedimiento?
Para mí la escritura no se entiende de otra forma que no sea así. Escribir es componer, es jugar con aquello que se va dibujando en el papel. La escritura a mano posibilita observar, por ejemplo, un párrafo y proyectar una mejor versión de ese párrafo ahí en el papel mismo. Tachar es un ejercicio muy importante, tirar líneas, recuperar lo tachado —porque siempre es posible reconstruir una frase de esa forma—. La escritura en Word es algo que a mí, por lo menos, me genera cierta ansiedad. Lo que escribes va apareciendo en una pantalla y eso que escribes puede ser tuyo o no. No hay marca de identidad. En un Word pareciera que todo es definitivo, que todo debe llevar un título, ir guardado en una carpeta especial. A veces las escrituras son inclasificables y muchas veces las escrituras no tienen que ir a parar a algún lado. Escribir es un ejercicio, un oficio. No todo es publicable. Y en voz alta, porque bueno, ojalá que leer en voz alta fuera una práctica más cotidiana que performática. Todo lo que escribo lo voy leyendo en voz alta a ver si me suena a algo que podría ser dicho.
—En un momento de la novela sale esto: "leer era más parecido a una procesión en que mueres y resucitas". ¿Sucede lo mismo con la escritura? ¿Con tu escritura?
Hay un personaje en la novela, Leonor, que le tiene miedo a la escritura, “miedo de ir a ese lugar al que conduce la palabra que es escrita”, creo que es la cita. Y a mí me pasa a veces eso. La escritura me da la posibilidad de acceder a un lugar que no está aquí ni allá, hablo de la escritura como una procesión. A veces me cuesta estar en ese lugar. En la novela toco temas que son complejos, si bien es una ficción, me resultaba dolorosa en muchos sentidos, me veía atrapada, y creo que la técnica que he seleccionado para enunciar mi proyecto literario me sirve para tomar distancia de aquello que está en el papel. Escribir a mano, leer en voz alta lo escrito, eso me retorna al presente, a la escritura como una técnica.
—Mientras dormías, cantabas encadena muchas escenas, canciones, personajes, recuerdos, saltos temporales. ¿Cómo manejaste la articulación de todos esos recursos?
Situar la historia dentro de una fiesta, la fiesta de año nuevo, me permitió ir trasladando esos recursos. En una fiesta todo es dinámico, un poco recursivo incluso. Inicia una canción, y luego otra canción, y otra más y así se va la noche. Los personajes se desplazan, entran y salen. Los diálogos se pierden, se mezclan entre el rumor de la fiesta. Las puertas siempre están abiertas. Y que la fiesta fuera la de año nuevo me permitió jugar con el tiempo, hacer del pasado un protagonista más. Por la nostalgia del año nuevo, por la incomodidad que supone enfrentarse a las preguntas, a los propósitos, a las caras de quienes nos han querido, bien o mal. Hay un gesto de año nuevo que es el abrazo, la novela inicia así. Ese es el momento cero. El momento de los abrazos, y es muy decidor. El abrazo de año nuevo está cargado de significado, son muchas las cosas que se pueden presumir, especular, de un abrazo entre dos personas. Y, por último, la cumbia, la cumbia clásica melancólica de año nuevo era la excusa perfecta para hablar del duelo, de la enfermedad, de la pérdida. La cumbia, además, es la que le da el título a la novela. “Mientras dormías, cantabas” es un verso —modificado— de Cumbia para adormecerte, la primera cumbia —se cuenta— escrita en Chile y es la que cierra la novela. Yo creo que esa es mi invitación final. O lo que intenté hacer al escribir esta novela, tratar de entender un poco la fiesta de año nuevo y su complejidad.
Enlaces:
La novela en el sitio web de la editorial.
En nuestro canal de Youtube subimos una lectura de las primeras páginas de esta novela.
Agradecemos a Los Libros de la Mujer Rota por facilitarnos un ejemplar.
MENSAJE PATROCINADO
Fundación Yo Te Leo es una institución que encuentra su origen en el anhelo de reivindicar la calidad de lectores que todos tenemos, por el solo hecho de gozar de humanidad. Quien nace inmerso en el lenguaje, necesariamente lee. La idea o la afirmación de que un país o sus habitantes no leen carece, por tanto, de sentido: todos somos lectores, todos aprendemos y enseñamos a otros a leer el mundo que, a su vez, nos lee, en un intercambio recíproco que a ratos puede silenciarse pero nunca acallarse del todo.
Cuando en Yo Te Leo proponemos “dar voz al lector y sacar del silencio a la lectura”, lo que buscamos es devolver al lector su propia voz para que esta vuelva a vivir en ese oído colectivo que es lo humano y transmita nuevamente la música de las palabras, que nombran el mundo y lo constituyen. El libro siempre ha sido una metáfora del mundo y la lectura es aquello que le da origen —su condición de posibilidad—, no su consecuencia. Amamos los libros por lo que hay de humano en ellos y queremos que todos oigan lo que tienen que decir: lo que la humanidad tiene que decir.
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Marco Montenegro: “La lectura a viva voz es un concierto de palabras”
La lectura en voz alta tiene la magia de convertir la experiencia lectora en un acto generoso para con quien nos escucha, y existe un concurso a nivel nacional llamado “El Placer de Oír Leer” (EPOL) que incentiva a niños y niñas de distintos rincones de Chile a compartir una breve lectura del texto que más les gusta. ¿Quieres escuchar a l@s finalistas de este año? Marco Montenegro, director de Fundación Yo Te Leo, nos cuenta cómo puedes ser testigo de la gran final online que se realizará el 28 de octubre.
—Esta es la séptima versión de EPOL y cada vez crece más la cantidad de participantes. ¿Cómo surgió la idea de realizar este concurso en Chile y cuáles eran las expectativas?
La iniciativa surge en el marco del Diplomado en Fomento de la Lectura y la Literatura Infantil y Juvenil, que impartieron la Universidad Católica y Fundación La Fuente en 2013. Ahí coincidimos algunas y algunos entusiastas que veíamos en la recuperación de la práctica tradicional de la lectura en voz alta un vehículo insuperable para volver a poner en valor la lectura en general. Pensamos en un concurso para estudiantes y, como sabíamos que no estábamos descubriendo la pólvora, buscamos hasta que dimos con una iniciativa que organizaban los editores de Francia, quienes nos autorizaron para replicarlo en Chile. En el año 2014 hicimos un piloto en la Región Metropolitana, invitando al colegio San Francisco de Cunco Chico, de La Araucanía, y a un grupo de colegios de la Municipalidad de Santiago y de la Corporación Educacional del Arzobispado de Santiago. Hoy llegamos a las 16 regiones del país.
—Desde tu perspectiva, ¿cuál es la importancia de la lectura a viva voz y qué rol cumplen las familias en el fomento lector de los niños y niñas?
Tuvimos un lema que definía nuestra misión cuando creamos Fundación Yo Te Leo: dar voz al lector y sacar del silencio a la lectura. Suele asociarse la lectura con una actividad íntima, silenciosa, característica que ningún lector negaría. Sin embargo, no hay que olvidar que la lectura traduce palabras y que estas son, por esencia, sonoras. Su etimología contiene el habla y es el sonido lo que las emparenta —igual que a nosotros— con el aire y con la música: la lectura a viva voz es un concierto de palabras y el silencio es su matiz más íntimo, pero no el único. Por otra parte, la ciencia enseña que si de niño nadie te lee, esa voz interior que los lectores oímos al descifrar un texto en silencio no se desarrolla y la lectura pierde profundidad. La familia, entonces, resulta fundamental en esa interiorización de la música de las palabras.
—Por último, la pandemia nos obligó a transformar muchas cosas, entre ellas los eventos culturales. ¿Qué se espera para la gran final de este año?
Este tiempo nos ha apretado un poco más de la cuenta las clavijas de la imaginación. Pero, ¿no es exactamente eso lo que amamos de la lectura? Afortunadamente, no estamos solos en esto. De la mano de Fundación Ibáñez-Atkinson —nuestra aliada— y con la colaboración de la Universidad Católica, a través de Biblioteca Escolar Futuro y las facultades de Educación y de Letras, pudimos rediseñar El Placer de Oír Leer sin alterar su esencia. En esta versión, igual que en 2020, el concurso se desarrolla completamente online, con una excelente respuesta de lectoras y lectores. Celebraremos la Final Nacional el día 28 de octubre, a las 19 horas, en un programa que conducirá Polo Ramírez y que podrá verse en directo a través de www.epol2021.cl. Un jurado presencial, que incluye a la Ganadora Nacional 2020, Teresita Farías, oirá a los 16 finalistas nacionales, que leerán por Zoom.
Laura Wittner: “Lo más desafiante de esta traducción fue desenredar la sintaxis”
La producción literaria del galés Cynan Jones (1975) está inspirada por el paisaje y la naturaleza. Gracias a Chai Editora, dos de sus obras se han publicado en español: Tiempo sin lluvia (2020, traducción de Esther Cross) y La Tejonera (2021, traducción de Laura Wittner). Este último es un texto breve, preciso, que hilvana historias de violencia y duelo a través de toda una terminología vinculada al campo galés. Conversamos con Laura Wittner sobre cómo fue el proceso de traducción de esta novela.
—La Tejonera es un texto con muchas referencias al ecosistema del campo galés: herramientas, procedimientos, rituales, técnicas, flora, fauna. ¿Qué fue lo más desafiante para ti durante el proceso de traducción?
Apenas empecé a leer La Tejonera me di cuenta de que su traducción me iba a implicar todo tipo de búsquedas léxicas. Me gusta meterme en los mundos específicos de cada novela y siempre salgo aprendiendo procedimientos y palabras nuevas. A veces me olvido todo enseguida pero en general una o dos de esas palabras me acompañan para siempre y cuando vuelvo a encontrármelas recuerdo dónde fue que las leí por primera vez. Muchos de estos datos son difíciles de ubicar mediante la búsqueda de palabras y entonces recurro a las imágenes. Con La Tejonera me la pasé viendo fotos de corderitos recién nacidos, galpones con heno, madrigueras, videos de tejones. De todas formas, volviendo a la pregunta, lo más desafiante de esta traducción fue desenredar la sintaxis para asegurarme de estar entendiendo todo (más o menos) bien y después volver a enredarla de modo de acompañar la intención original.
—En una entrevista de 2017 dijiste: “La poesía es un filtro y un reordenamiento del mundo”. ¿Cómo definirías hoy la traducción?
Me cuestan las definiciones; habré inventado esa en ese momento y por qué no: me sigue gustando. También es un ejercicio aeróbico de la mente, en particular cuando se llega a ciertas edades. Y es una meditación para tiempos difíciles. Una compañera. Una casa.
—¿Hay alguna palabra o frase de La Tejonera que se haya quedado pegada en tu cabeza? ¿Te suele pasar eso después de traducir?
Sí, me suele pasar y con el tiempo se van diluyendo, como un estribillo de temporada. En este caso me vuelven mucho las últimas dos oraciones de la novela. Pero no las voy a decir para no adelantarles el final.
Enlaces:
El perfil de Laura en el sitio web de Chai Editora.
La novela en el sitio web de la editorial.
En nuestro canal de Youtube subimos una lectura de las primeras páginas de esta novela.
Agradecemos a Chai Editora, distribuida en Chile por Big Sur, por facilitarnos los ejemplares de Cynan Jones.
El animal lector
La vaquita Lechona está aprendiendo a leer en distintos idiomas y le encantan los libros coreanos, sus favoritos son los del ilustrador Jung Sung Hoon. Algún día espera que haga un libro sobre una vaca multilingüe como ella.
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Nos vamos a leer.
Felu y Pato