Hola, hipergrafista 👋
En la última entrega de este esforzado boletín (?) hablé sobre la detestable experiencia de mudar una biblioteca.
Hoy esa biblioteca sigue en cajas, acumulando polvo.
Aún no tengo una mísera repisa para acomodar los libros. Pero tampoco tengo apuro. La biblioteca está en suspensión.
Estos días he pensado que tener un librero enorme y mudarse es una trampa.
Probablemente no todos los libros salgan de esas cajas. Creí que nunca llegaría este momento pero estoy pensando en formas de reducir mi biblioteca.
¿Vender, donar? Eso no necesariamente disminuye el tamaño. Puede frenarlo, atenuarlo.
Como me dedico a escribir de libros, siempre me llegan nuevos libros (ja, mi sueño de adolescencia).
He pensado que quizás deba combinar una biblioteca física acotada, con lo imprescindible (qué difícil elección) y una robusta y actualizada biblioteca digital, repleta de pdf, epubs y libros escaneados.
Le pregunté al escritor Joaquín Escobar —Las cosas que hice por la Cato, Se vende humo— cómo controla la sobrepoblación de libros. Siempre que sube fotos a su Instagram pareciera que las pilas de ejemplares están a punto de derrumbarse.
Me contó varias cosas.
Sobre la posesión: “Sé que tengo más libros, que compro más libros, me mandan más libros, me regalan más libros, de los que voy a poder leer en mi vida. Nunca ha sido un problema, porque igual hay un ejercicio de colección. En ese ejercicio yo tampoco desecho libros; tampoco presto libros. Sé que es súper egoísta”.
Sobre su diseño de interiores: “A mí ya se me rompieron las biblioteca y se me rompió una mesa de centro. Estalló, explotó de libros. Lo que hice fue armar una mesa de centro con libros. Mi mesa de centro es una capa de libros”.
Sobre su arquitectura: “Opté por no comprar más estantes para libros; los voy dejando en el piso, pongo los con tapa dura, larga, en el piso y de ahí voy acumulando hacia arriba, hacia las paredes. Las paredes son de, no sé, dos metros y medio. Tengo harto espacio. Es una arquitectura de libros”.
¿Hay alguien leyendo este boletín que tenga problemas de crecimiento desmedido, que ya no sabe dónde guardar libros, que los tiene amontonados en el pasillo o en un canasto en el baño?
Antes de cerrar este envío, hablemos de lecturas.
En el blog de Fundación La Fuente escribí sobre Piña, la última novela de Gonzalo Maier.
Es una novela atravesada por reflexiones sobre el arte, sobre ser artista, sobre hacer arte y sobre cómo el arte se transa y produce en un mundo capitalista y burocrático.
Horacio Piña, su protagonista, podría ser un genio incomprendido o un pobre diablo.
O las dos cosas a la vez.
Te dejo un fragmento del texto:
“Piña siempre se mueve con la duda. No sabe si es un inmigrante o un viajero. No entiende la diferencia entre una genialidad y un chiste. Dice el narrador: ‘El problema de Piña, en otras palabras, era filosófico e incluso religioso. Necesitaba creer que lo suyo era arte’”.
Mi siguiente lectura será Diario de Japón, de María José Ferrada (Seix Barral, 2022). Pronto te contaré más.
Muchas gracias por abrir y leer este desvarío.
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La próxima entrega de Hipergrafía llegará a tu correo el 7 de abril de 2022.
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También escribo Sala de herramientas, un boletín para profes virtuales, trabajadores remotos y procrastinadores seriales.
Eso es todo, cierre de transmisiones.
Me voy a leer.
Pato
Circular para democratizar la lectura, te aseguro que mucha gente podría encontrar su camino de las letras si un libro llega a sus manos. Saludos!