Hola, hipergrafista 👋
Escribir este boletín es un privilegio. Hace algunas semanas, Provincianos Editores me envió cinco de sus últimos libros publicados. Nunca me había pasado que una editorial me compartiera tantos libros al mismo tiempo: dos de poesía, un diario, un conjunto de cuentos y una novela.
Mi velador quedó al borde del derrumbe.
Un primer elemento llamativo de estos libros de Provincianos son las portadas diseñadas por Daniela Quintana y Mariano Xerez. Acá hay diversas tipografías, paletas de colores, tramas, patrones e ilustraciones. En algunos casos, como la de Código Konami, sirven de inspiración para el interior del libro y marcan una personalidad estética que le da un aliño especial a los libros.
El primero que leí fue Diario del tetracampeonato, de Joaquín Escobar. Conozco a Joaquín, está loco por la Universidad Católica. Y este libro condensa esa locura antes y durante la pandemia, cuando su equipo conquistó la cuarta copa consecutiva. En un momento escribe: “Se reanuda la liga alemana y me importa una soberana corneta. Yo solo quiero que vuelva la Chilean Premier League”.
El segundo que leí fue Una guinda en la guata, de Emilia Macchi. Son seis relatos sobre mujeres en una atmófera particular —el mundo del trabajo— sometidas a una velocidad que desborda, tensiona, a ratos desorienta. En uno de los textos se lee: “si el Internet fuera materia sería un hongo. Solo un hongo crece tan rápido”.
Mi tercera lectura fue Código Konami, de Elisa de Gortari, un poemario que pellizcó mi nostalgia. En estas páginas hay referencias a los videojuegos, las series de televisión —los Simpson, Dr. House—, el lenguaje de programación y la cultura retro. Uno de sus versos es metáfora de la vida como pantalla que se apaga a ratos:
"Quedó pendiente el final del juego y antes de apagar la consola la pantalla nos recordaba las reglas: Todo cambio no guardado se perderá"
Hay dos libros que aún no abro. El primero es Kewakafe, de Roxana Miranda Rupailaf, poeta mapuche-williche que, según la contratapa, toma la metáfora del boxeo para desplegar distintos tipos de violencia: contra la mujer, contra los pueblos originarios, contra el cuerpo.
Y el segundo es Corazón tan puto, de Nelson Pedrero, una novela que ganó un premio en 1998, tuvo una segunda edición el 2000 y que, dos décadas después, Provincianos rescató. “Un buen director de teatro haría maravillas con esta obra”, dice Fidel Améstica en este reseña.
Aplaudo que una editorial que no está en Santiago genere un catálogo editorial atractivo, que publique poesía, relatos, libros sobre deporte y que rescate novelas de hace 20 años. Todo en un formato compacto, bello. Dan ganas de tener estos libros en la mano.
Clap clap, Provincianos.
Eso es todo, cierre de transmisiones.
Me voy a leer.
Pato
Colofón
Cerremos con una cita de Diario de Koro (Laurel, 2021), de Gastón Carrasco, libro del que hablé en el Hipergrafía #37:
“Se escribe para exorcizar una imagen o una voz que no sale de tu cabeza, y si no la dejas con las palabras justas en tu escrito vuelve para penar, porque la combinación debe ser exacta, con un hechizo o sortilegio”.